Have you been in a bad situation and feel so confused, worried, not sure what to do? Your mind starts to wonder, and you begin to think of all the worst scenarios possible, but then we receive good news and begin to praise God for His goodness. We all have been there, but what if we could avoid all the stress, confusion, worry and doubt. Wouldn’t you want to be able to bypass all of that and go right to God’s goodness?
Paul and Silas did. They were in jail, beaten, chained, cold and hungry. As they looked around, they were surrounded by the same misery, but something was different about them. Paul and Silas decided not to wait for God to deliver them to praise Him, but in the midst of their circumstances they began to worship God. Something amazing happened. The chains fell off, the doors of the jail were opened, not by humans hands but by the very hand of God. Paul and Silas situation did not change but their mindset did. They were free! See when we worship in the midst of our storms we put ourselves in a position of surrender. When we worship God in the midst of our trials we remind Satan “This battle too has already been won”. When we worship we stretch our arms out to God and He picks us up like a father does to his child and calms us. There is this saying “There are times God will calm the storm but there are times He will calm the sailor in the storm.” When we praise God in our tribulations we allow others the ability to see God.
Those chains that came off that day in jail may have been physical but they are a reminder to us today that we too can be set free from whatever chains are keeping us bound. Worship confuses the enemy and destroys his plans. The chains of fear, doubt, confusion, worry, insecurities, they have no power. We tell Satan “I worship God not because of what He gives me but because of who He is.”
Sing praises to God, sing praises; sing praises to our King, sing praises!– Psalm 47:6 (NLT)
En El Medio
¿Has estado en una mala situación y te sientes tan confundido, preocupado, no estás seguro de qué hacer? Tu mente comienza a preguntarse y comienzas a pensar en los peores escenarios posibles; pero luego recibimos buenas noticias y comenzamos a alabar a Dios por su bondad. Todos hemos estado allí, pero … ¿y si pudiéramos evitar todo el estrés, la confusión, la preocupación y la duda? ¿No le gustaría poder evitar todo eso e ir directamente a la bondad de Dios?
Pablo y Silas lo hicieron. Estaban en la cárcel, golpeados, encadenados, fríos y hambrientos. Mientras miraban a su alrededor, estaban rodeados de la misma miseria, pero había algo diferente en ellos. Pablo y Silas decidieron no esperar a que Dios los entregue para alabarlo, pero en medio de sus circunstancias comenzaron a adorar a Dios. Algo asombroso sucedió. Las cadenas se cayeron, las puertas de la cárcel se abrieron, no por manos humanas, sino por la mano de Dios. La situación de Pablo y Silas no cambió, pero su mentalidad sí. Eran libres! Cuando adoramos en medio de nuestras tormentas nos ponemos en una posición de rendición. Cuando adoramos a Dios en medio de nuestras pruebas, le recordamos a Satanás “Esta batalla también ya ha sido ganada”. Cuando adoramos, estiramos nuestros brazos hacia Dios y Él nos levanta como un padre lo hace con su hijo y los calma. Hay un dicho que dice: “Hay momentos en que Dios calmará la tormenta, pero a veces calmará al marinero en la tormenta”. Cuando alabamos a Dios en nuestras tribulaciones, les permitimos a otros la capacidad de ver a Dios.
Esas cadenas que salieron ese día en la cárcel pueden haber sido físicas, pero hoy nos recuerdan que nosotros también podemos ser liberados de las cadenas que nos mantienen atados. La adoración confunde al enemigo y destruye sus planes. Las cadenas del miedo, la duda, la confusión, la preocupación, las inseguridades, no tienen poder. Le decimos a Satanás “Yo adoro a Dios no por lo que Él me da, sino por quién es Él”.
Canten alabanzas a Dios, canten alabanzas; ¡canten alabanzas a nuestro Rey, canten alabanzas!– Salmos 47:6 (NTV)